Ayer salió a la venta el libro CACHITOS DE AMOR de la fundación Acen, en el que se compilaban los mejores microrrelatos del concurso de la asociación.
Mi microrrelato UNO está incluído en ese libro, y os recomiendo que lo vayáis a comprar! Está por el módico precio de 10€ en Laie C/Pau Claris y el dinero va destinado para una obra benéfica, destinada al fomento de la lectura para niños y niñas con parálisis cerebral.
Más info aquí: http://acencs.org/?p=583
jueves, 2 de febrero de 2012
lunes, 5 de diciembre de 2011
¡A por los suecos!
¡A por los suecos!
Os invito a todos a entrar en esta web a votar por un artículo que escribí sobre el viaje de mis amigas y mío de este verano a Estocolmo.
Otra cosa no, pero divertido es. Con tal de que lo publicitéis en cualquier red social ya está votado!
¡¡Gracias!!
Pd. Para las vagas (mujeres) foto de Sueco Buenorro si le dáis al link! ;)
Os invito a todos a entrar en esta web a votar por un artículo que escribí sobre el viaje de mis amigas y mío de este verano a Estocolmo.
Otra cosa no, pero divertido es. Con tal de que lo publicitéis en cualquier red social ya está votado!
¡¡Gracias!!
Pd. Para las vagas (mujeres) foto de Sueco Buenorro si le dáis al link! ;)
lunes, 31 de octubre de 2011
Lo bueno si es breve...
Ahora que se estila mucho esto de relatos breves o muy breves, una siempre saca diez minutos para contar microhistorias...
http://www.relatosbrevisimosmimosa.com/2011/10/es-particular/
http://www.relatosbrevisimosmimosa.com/2011/10/es-particular/
martes, 25 de octubre de 2011
Las palabras que viajan...
"La semana del “accidente” había cumplido los treinta y uno y ya no era un chaval. No era aquel chico que había estado en la selección española infantil, cadete y juvenil. Llevaba tanto tiempo jugando al baloncesto que ya no conseguía recordar el inicio de todo aquello. Sólo sabía que había sido un niño especialmente alto desde la infancia y que eso lo había llevado a meterse en el equipo del colegio, más tarde en los infantiles del club de su ciudad y cuando se quiso dar cuenta era un adolescente de metro noventa con gafas y ya había sido jugador internacional. Y de ahí a debutar con apenas diecisiete años con el primer equipo. Y allí estaba aún. Casi diez años después.
Diez años en los que había ido a un campeonato del mundo con veintidós años, con veintitrés a un europeo y a unos juegos olímpicos con veinticuatro.
Miraba atrás y veía una cancha y una pelota naranja".
(Frangmento del capítulo 16 de "Me alegro por ti").
¿Cuántas veces tiene una la oportunidad de hacer llegar a las manos de la persona que se imagina un texto basado en él?
Cuando escribí en el 2007 "Me alegro por ti" me basé en un par de jugadores de baloncesto para crear el personaje de Víctor Uriarte.
Esta semana he tenido la oportunidad de hacerle llegar el manuscrito a uno de ellos, al más difícil de acceder y el que en mi mente puso cara y cuerpo, movimientos y miradas a ese jugador inventado al que, como madre, le he cogido cariño aunque no exista.
Diez años en los que había ido a un campeonato del mundo con veintidós años, con veintitrés a un europeo y a unos juegos olímpicos con veinticuatro.
Miraba atrás y veía una cancha y una pelota naranja".
(Frangmento del capítulo 16 de "Me alegro por ti").
¿Cuántas veces tiene una la oportunidad de hacer llegar a las manos de la persona que se imagina un texto basado en él?
Cuando escribí en el 2007 "Me alegro por ti" me basé en un par de jugadores de baloncesto para crear el personaje de Víctor Uriarte.
Esta semana he tenido la oportunidad de hacerle llegar el manuscrito a uno de ellos, al más difícil de acceder y el que en mi mente puso cara y cuerpo, movimientos y miradas a ese jugador inventado al que, como madre, le he cogido cariño aunque no exista.
No espero nada ni creo que haya nada que esperar, salvo saber una parte de mi trabajo se siente un poco más realizada.
martes, 20 de septiembre de 2011
Las nuevas tecnologías
Yo antes siempre llevaba papel y boli en el bolso (o bolsillos). Siempre antes de salir de casa revisaba las cuatro cosas que no me podían faltar: llaves, móvil, cartera, bolígrafo. Papel, más o menos fácil, siempre se puede conseguir; el ticket de una compra dado la vuelta, una servilleta etc.
Pero hace un tiempo que el recuento se para en cartera. "¿Para qué necesito un bolígrafo -me preguntaba- teniendo un móvil?" A día de hoy casi todo se puede hacer con ese aparatejo. Necesitas apuntar algo de urgencia e incluso el boli te puede fallar, pero no un dispositivo electrónico diseñado para no apagarse nunca con procesadores de textos y apartados únicamente para notas.
Así pues, yo hace tiempo que apunto mis notas en un teléfono. Y viene bien. Cuántos euros le debes a esa amiga que te pagó el otro día el desayuno, una frase que has oído en el metro y te ha parecido genial para algo pero todavía no sabes qué, una idea de una historia o incluso una historia entera si ésta es breve.
Pero, ¡ah! amigos, los datos de los teléfonos se pueden perder. Resetear, borrar de la memoria para nunca jamás volver a aparecer. Y sé que estáis pensando que más difícil es que pase eso que no perder un simple papel en la inmensidad de un mundo que no lo protege. Ciertamente. Pero los papeles que se pierden siempre están dispuestos a volver a aparecer cuando menos los buscas. Nunca pierdes la esperanza porque sabes que no se han podido evaporar, así, de la nada, como un archivo de un teléfono.
Y es ahora cuando tristemente confieso que he perdido grandes frases (perder cuánto dinero debo no es una desgracia...) y sobretodo he perdido pequeñas historias que en el momento las sentía muy importantes, dignas de estar aquí, y que nunca, a no ser que pasen por un sufrido esfuerzo de reescritura, en cuyo caso la frescura del momento será un espejismo falso, jamás podrán verse aquí.
Pero hace un tiempo que el recuento se para en cartera. "¿Para qué necesito un bolígrafo -me preguntaba- teniendo un móvil?" A día de hoy casi todo se puede hacer con ese aparatejo. Necesitas apuntar algo de urgencia e incluso el boli te puede fallar, pero no un dispositivo electrónico diseñado para no apagarse nunca con procesadores de textos y apartados únicamente para notas.
Así pues, yo hace tiempo que apunto mis notas en un teléfono. Y viene bien. Cuántos euros le debes a esa amiga que te pagó el otro día el desayuno, una frase que has oído en el metro y te ha parecido genial para algo pero todavía no sabes qué, una idea de una historia o incluso una historia entera si ésta es breve.
Pero, ¡ah! amigos, los datos de los teléfonos se pueden perder. Resetear, borrar de la memoria para nunca jamás volver a aparecer. Y sé que estáis pensando que más difícil es que pase eso que no perder un simple papel en la inmensidad de un mundo que no lo protege. Ciertamente. Pero los papeles que se pierden siempre están dispuestos a volver a aparecer cuando menos los buscas. Nunca pierdes la esperanza porque sabes que no se han podido evaporar, así, de la nada, como un archivo de un teléfono.
Y es ahora cuando tristemente confieso que he perdido grandes frases (perder cuánto dinero debo no es una desgracia...) y sobretodo he perdido pequeñas historias que en el momento las sentía muy importantes, dignas de estar aquí, y que nunca, a no ser que pasen por un sufrido esfuerzo de reescritura, en cuyo caso la frescura del momento será un espejismo falso, jamás podrán verse aquí.
viernes, 29 de julio de 2011
De vida a la pantalla, ¿o al revés?
Situaciones comunes, como ver una película y pensar "Pff... qué tópico! Esto se ha visto mil veces, que se inventen otra historia!" y luego que te pase en la vida real, quieras escribir una película sobre ello y tus palabras vuelvan a ti por el eco: "¿pero no era algo tan tópico e inverosímil? ¡Pero así es la vida!".
A veces las historias más creíbles son las que por increíbles se hacen cotidianas.
A veces las historias más creíbles son las que por increíbles se hacen cotidianas.
martes, 5 de julio de 2011
Summertime...
Summertime and the livin’ is easy
Fish are jumpin’ and the cotton is high
Oh your daddy’s rich and your ma is good lookin’
So hush little baby, don’t you cry
One of these mornings
You’re goin’ to rise up singing
Then you’ll spread your wings
And you’ll take the sky
But till that morning
There’s a nothin’ can harm you
With daddy and mammy standin’ by
Sea la que sea, cantada por Ella, Caetano o Janis Joplin. Las cosas van a otro ritmo con Summertime.
Fish are jumpin’ and the cotton is high
Oh your daddy’s rich and your ma is good lookin’
So hush little baby, don’t you cry
One of these mornings
You’re goin’ to rise up singing
Then you’ll spread your wings
And you’ll take the sky
But till that morning
There’s a nothin’ can harm you
With daddy and mammy standin’ by
Sea la que sea, cantada por Ella, Caetano o Janis Joplin. Las cosas van a otro ritmo con Summertime.
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