miércoles, 20 de octubre de 2010

Reading... and listening.

No recuerdo cuándo descubrí a Nick Hornby pero sí recuerdo el día que G. mi antigua compañera de piso me regaló High Fidelity. En inglés, sí, porque el libro iba a ser un regalo para su novio británico pero como éste ya lo tenía pues me lo dio a mi, cosa que hace ilusión, especialmente porque una piensa "podría haberlo devuelto y cambiado, o quedárselo ella".
Como había visto la película protagonizada por John Cusack (y de hecho me encanta su versión americana de Rob) decidí saltarme Alta Fidelidad e ir a otros de Nick. Sentía que ese ya estaba leído (él mismo adaptó su libro al cine).
Pero ahora me he encontrado en el mejor momento para sentarme -en trayectos de 10 en 10 minutos entre los ferrocarriles y el metro- y leerlo como se merece (y además en la versió original). Era el siguiente paso después de dos o tres libros de Boris Vian seguidos, intercalando con Cortázar. Era hora de retomar mi amor por las letras inglesas.
¿Y a qué viene todo este discurso? Porque me apetece compartir un párrafo.
Para quienes no hayáis leído el libro o visto la película (es increíblemente fiel la segunda al primero) os resumo brevemente: Rob posee una tienda de discos a la que nadie va a comprar, es un fan de la música empedernido, ha cogido la afición por hacer listas de 5 categorizando todos los aspectos de su vida y acaba de ser dejado por su novia Laura.

I'd like to do a top five records that make you feel nothing at all. Me, I'll be playing the Beatles when I get home. Abbey Road, probably, although I'll progrmme the CD to skip out 'Something'. The Beatles were bubblegum cards and Help at the saturday morning cinema and toy plastic guitars and singing 'Yellow submarine' at the top of my voice in the back row of the coach on school trips. They belong to me, not to me and Laura, or me and Charlie, or me and Alison Ashworth, and though they'll make me feel something, they won't make me feel anything bad.



Teniendo en cuenta que he empezado a crearme listas de reproducción de Spotify para todos los diferentes estados de ánimo en los que me he ido encontrando este mes, me ha encantado leer este párrafo. No me dice nada nuevo pero cómo lo dice hace querer repetirse en la idea de que ciertamente hay una canción de los Beatles para cada ocasión.

Obviamente recomiendo desde aquí a Nick... Y a los cuatro de Liverpool una vez más. Y en especial homenaje a la película os pongo mis all-time, top-five para este día en concreto (o esta semana si me apuras) relacionados con el post.


Top-five películas John Cusack: Alta Fidelidad, Cómo ser John Malckovich, Cuenta conmigo, La delgada línea roja, Anastasia (aunque sólo pusiera la voz...)



Top-five libros de Nick Hornby (en recomendación o apetencia a leer ahora mismo): Alta fidelidad, En picado, Un gran chico, Como ser buenos, Todo por una chica.



Top-five canciones de los Beatles (para escuchar ahora mismo y seguidas): Sgt. Pepper lonely hearts club band, She's leaving home, Drive my car, Tell me why y Here comes the sun.

lunes, 11 de octubre de 2010

Everybody needs somebody to love...

Ayer se murió a los 70 años Solomon Burke. Y diréis algunos "¿Quién?" y otros comentaréis "Ah, sí, lo vi en las noticias, me suena...". Pasando por alto que era ese señor tremendo (en tamaño y talento) con mucho amor que dar, con el sexo como religión (21 hijos y 90 nietos si mal no recuerdo...) el bueno de Solomon era, junto a otros que sí os suenan como Ray Charles, el rey/padrino/príncipe/padre/etc. del Soul.

¿Os suena esa canción que dice Everybody needs somebody to love? Ahora sí, ¿no? Y seguro que también habréis bailado su Cry to me (para las ancladas en el pasado como yo, formaba parte de la banda sonora de Dirty Dancing).

No voy a mentiros, no escuchaba a Solomon cada día, pero sí que está en muchas de mis listas de reproducción y desde luego es una de las gratas sorpresas que te encuentras en el mp3 (o mp4 o mp5...) cuando saltas de canción y suena él.

Desde ayer tengo en bucle Don't give up on me, que además se me antoja perfecta para el vendaval, los domingos de lluvia que piden a gritos ponerse triste y melancólico y la necesidad latente en mi vida últimamente de sentirme más viva (por unos caminos o por otros).

Él se va, pero nosotros nos quedamos...


Os dejo la selección que ha hecho Fernando Navarro en su blog de El País.