martes, 12 de agosto de 2008

Sin cortes

Que siento cierta obsesión por los planos secuencia no es ningún secreto. Ahí queda mi trabajo de 3º de carrera llamado "mi historia de amor con P.T. Anderson", famoso por esos interminables planos, recuerdo especial para alguno de Magnolia que siempre estará en mi retina. Más prueba de ello fue castigar a cerca de 40 personas (incluidos dos actores de lo mejor del panorama nacional español) para rodar otro planito sin cortes.
Por eso cada vez que veo uno que es, o intenta ser, o como mucho trata de dar la misma sensación, noto la magia.
Los planos secuencia son magia, aunque haya quien (incomprensiblemente) los corte antes de completarlos, o se quede en un intento. Vivir las cosas sin pestañeo a tiempo real te hace ser parte del juego.


He aquí un intento
http://es.youtube.com/watch?v=HhZ5-L9znt8&feature=related

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