Dos semanas de trabajo ininterrumpido han dado como fruto el inicio de lo que se convertirá en todo un Yellow Submarine. De paredes amarillas (y marrones, lilas, rojas, azules, verdes, y como no, blancas) hallado un nuevo refugio he.
Y aunque en el pasillo está el poster de A hard day's night enmarcado en recuerdo de una época pasada, ahora toca mirar por la ventana (balcón en este caso), levantar los brazos y cantar! (ahora mismo suenan Las Supremes, ojo al ritmo!).
Así que nada, esta tarde queda inaugurada el agua caliente, último pilar importante que quedaba para poder proclamar a gritos 'Vivo aquí!'
Ahora toca salir a bailar y celebrarlo (o bailar y celebrarlo sin la necesidad de salir...)
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